«En busca del fenol vertido”
El uso de productos fitosanitarios en la agricultura constituye un problema medioambiental cada vez más acuciante. Su uso indiscriminado provoca pérdida de biodiversidad, incremento de las resistencias en los organismos causantes de las plagas y enfermedades vegetales, problemas de salud en los agricultores debido a tóxicos como los fenoles e incremento de los gases de efecto invernadero como los halogenuros y el dióxido de carbono. Los fenoles son toxinas causantes de contaminación presentes en la actividad humana. Se emplean en la industria química, petroquímica y farmacéutica para la creación de fármacos, fitosanitarios, químicos domésticos, tintes y polímeros. La presencia de fenoles en el entorno natural, es debida a la utilización y degradación de pesticidas y fungicidas. La Universidad de Burgos ha desarrollado unos sensores de fenoles muy sensibles a la presencia de estos compuestos. Su detección tiene lugar cuando el sensor, en forma de fina película, se sumerge en el agua, el material se hincha, y si los fenoles están presentes, la película cambia de color. De esta manera es posible reconocer la presencia de forma inmediata y a simple vista. Posteriormente, con un Smartphone y la app “ColorMeter” se lleva a cabo un análisis RGB de color resultante y conseguir así, cuantificar la concentración de fenoles. Este sistema supone un importante ahorro económico y puede ser llevado a cabo por una persona sin formación técnica avanzada. Desde la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiciencia, nos hemos puesto en contacto con ellos y nos brindan la posibilidad de probar su eficacia en nuestra cápsula. La presencia de cloro en la atmósfera también puede ser indicadora de un exceso de pesticidas organoclorados. Su captación puede llevarse a cabo usando tubos de espuma de poliuretano y el posterior análisis puede realizarse también por métodos colorimétricos relativamente sencillos. Con esta experiencia, queremos conocer la presencia de fenoles a diferentes alturas, así como la concentración de cloro atmosférico y poderlo relacionar con otros parámetros químicos como el pH, la concentración de CO2 o la radiación, para poder estimar la contaminación debida a la aplicación de productos fitosanitarios a diferentes alturas a través de la atmósfera y estudiar su distribución. Así mismo, con esta experiencia, podremos poner en valor el uso de estos sensores para determinar concentración de pesticidas en condiciones de baja presión de gases y bajas temperaturas.
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